Puebla de Don Rodrigo es una localidad de Ciudad Real perteneciente a la comarca Montes Norte, limítrofe con Badajoz, al sur de los Montes de Toledo y próxima a Arroba de los Montes, Saceruela y Piedrabuena. Se encuentra situada a 498 m. de altura sobre el nivel del mar en plena cuenca sindical del Guadiana, enmarcada y parcialmente partida por los arroyos Grande y Chico, a 2 km del curso de río Guadiana y tiene hacia el Oeste y el Sur las sierras de Siete Venados, Castillejo y Sierra Gorda, conjuntos montañosos los cuales se levantan más de 400m. sobre el nivel del Guadiana y constituyen con la Sierra de los Bueyes, Sierra de Arroba, Sierra de los Frailes, Sierra de En medio y la Sierra de la Higueruela unas espléndidas áreas de alimentación, infiltración, drenaje y encauzamiento de las aguas que fluyen hacia la cuenca del Guadiana.
Hay constancia de pobladores en éste término desde época prerromana, y las costumbres de esas gentes hace pensar que el Guadiana, a su paso por este municipio, pudo hacer de frontera entre Oretanos y Lusitanos, ocupando los primeros la margen izquierda, mientras que los segundos lo harían de la derecha. En la época romana una vía cruzaba el extremo SE del término, identificada en la Edad Media como el Camino Toledano o de la Barca, que unía Toledo con Mérida. El paso del río Guadiana se hacía a través de una barca, tal y como lo indican diferentes documentos históricos donde aparecen topónimos como el del Camino de la Barca y la Atalaya de la Barca.
Posteriormente dependió de Piedrabuena en época musulmana y del reino de Badajoz, tras la caída de Toledo en 1085. Con el comienzo de la reconquista en el siglo XII Puebla de Don Rodrigo seguiría dependiendo de Piedrabuena, estando incluida dentro de los límites del Campo de Calatrava en 1189.
Antes de su emergencia como villa independiente era una aldea con nombre incierto, tal vez de Casas o Cuevas del Guadiana, de tan escasa importancia que en el mes de mayo de 1472 se fundó sobre ella como puebla, es decir, de nueva creación, adjudicándose el nombre del maestre que le otorgó el privilegio fundacional, Don Rodrigo Téllez Girón. En 1534 el maestrazgo de la Orden de Calatrava asignó la totalidad de los derechos de este pueblo a la encomienda de Bolaños, pasando en 1563 a la Rinconada de Almodóvar donde perteneció hasta la desaparición de estas jurisdicciones en el siglo XIX.
En 1826 esta villa contaba con 181 habitantes, parroquia, pósito y un molino en el río Guadiana, existiendo también dos minas, una en el aguadero que hay entre las dehesas del Checa y Las Barcas y otra en el Valle de Santa María. Al igual que otros pueblos de Los Montes, caracterizados por su aislamiento y agricultura precaria, no empezará a prosperar hasta ya entrada la segunda mitad del siglo XIX, aunque un siglo después, a mitad del XX, la emigración alcanzará al 20% de su población.
Dato curioso son las medidas adoptadas en la Edad Media por la Mesa Maestral para acrecentar la población, otorgando privilegios como poder quemar monte para cultivo, pescar, cazar, pastoreo de ganado y alimentar en las dehesas los bueyes de trabajo. Tenían, a cambio, obligación de construir cada vecino dos viviendas, y por veinte años no pagar tributo alguno a la Orden de Calatrava; Dichas viviendas no podían ser vendidas ni alquiladas a ningún caballero perteneciente a dicha orden de caballería. En el caso de querer ceder alguna debían construir otras dos, y estas últimas sí podrían ser traspasadas.
Conocer la ubicación geográfica de Puebla de Don Rodrigo, su orografía y condiciones climáticas, nos ayuda a hacernos una idea del tipo de entorno y paisajes que podemos encontrarnos cuando visitemos este pueblo que tiene un patrimonio natural precioso en el que destacan las Hoces del Guadiana, unas paredes de piedra de casi 100 metros que flanquean las orillas del río.
Tras una breve parada para tomarnos un café en Puebla de Don Rodrigo, continuaremos hasta coger el camino de Villarta con dirección al «Estrecho de las Hoces», por una pista asfaltada que va paralela al río Guadiana. Tras unos 8 kilómetros, pasada la Ermita de San Isidro en el paraje Casa Majalahoz, nos dejará el autobús y tras equiparnos debidamente, comenzaremos nuestro caminar por el PR-CR 21.
Cruzaremos el arroyo de Doña Juana y seguiremos por el margen izquierdo del torrente, a unos 300 metros a la izquierda sale el desvío por el Barranco de las Herrerías, accederemos al cortafuegos que sale a la derecha y nos fijaremos en las señales continuando por la senda marcada.
Después de transitar por un camino lleno de jaras y chaparros llegaremos a otra zona más pedregosa, donde podremos ver encinas y enebros, desde aquí tendremos las primeras panorámicas del río. Poco a poco las rocas se vuelven más compactas y pronto llegaremos al Estrecho de las Hoces, en la parte izquierda podremos ver la Sierra de los Bueyes.
Una bonita vista de las hoces está al lado derecho del sendero, podemos abandonar éste unos momentos y luego volver al camino. Iremos por el monte hasta llegar al punto más alto del recorrido, desde aquí el sendero gira a la derecha hasta llegar nuevamente a un cortafuegos y tras una fuerte bajada llegaremos hasta la orilla del río Guadiana y a la zona conocida como la Tabla del Burdelillo, desde aquí extenderemos la ruta hasta el Estrecho y la Tabla de la Murciana. El regreso lo haremos practicamente por el mismo recorrido.
Si la duración de la ruta nos lo permite, efectuaremos una parada al regreso para tomarnos un merecido refresco o cervecita en la población.
INFORMACIÓN DE INTERÉS
Salida desde TOMELLOSO en c/ Amalia Cepeda, 10 (Domicilio Social de Tomesenda).
DOMINGO 13-02-2022 a las 7,30 Horas.
LA RUTA TIENE UN RECORRIDO DE 18 KMS DE DIFICULTAD FÍSICA Y TÉCNICA MEDIA, MUY ACONSEJABLE BOTAS DE MONTAÑA Y BASTONES. EL DESAYUNO Y LA COMIDA LA HAREMOS EN RUTA DE MOCHILA, LLEVAR ALIMENTOS Y BEBIDAS SUFICIENTES PARA ELLO.
HORA ESTIMADA DE SALIDA PARA EL REGRESO 17,30 HORAS.
LA ZONA MERECE LA PENA EL ESFUERZO. NO FALTÉIS.
PILAR Y JUAN-JOSÉ